Una tradición que se ha ido adaptando con el tiempo pero permanece vigente hasta nuestros días es decorar el pastel de bodas con unos muñequitos que simulen a los novios.
MUÑEQUITOS
Una tradición que se ha ido adaptando con el tiempo pero permanece vigente hasta nuestros días es decorar el pastel de bodas con unos muñequitos que simulen a los novios. Originalmente se hacían en serie, todos iguales, muy formales y contentos, el novio de la mano de la novia o simplemente parados muy derechitos. Pudiéndole sacar más provecho a este adorno, alguien con imaginación decidió hacerlos más divertidos: el muñeco del novio trataba de escapar del pastel, la novia pescaba con una caña al novio, los novios se disfrazaban, la novia llevaba puestos los pantalones del novio… se hicieron muñecos de todas formas y en todas las situaciones dejando una venta abierta para que los verdaderos novios escogieran los muñecos de pastel con los que más se identificaban.
Ahora, las técnicas de repostería permiten hacer cualquier par de muñequitos, incluso unos que físicamente sean igualitos a los novios, y dejando atrás a los de plástico o migajón, pueden comerse ¡y saben delicioso! Para hacerlos se usa una especie de masa moldeable hecha a partir de azúcar que se llama fondant que permite crear toda clase de figuras y decoraciones completamente comestibles.
Cuando elijan al repostero que se encargará de hacer el pastel de su boda, pídanle que les enseñe sus trabajos con fondant e inspírense en alguna situación importante y divertida de su noviazgo para diseñar los muñecos perfectos. Incluso puede usar como referencia la foto de un viaje, de una cena o de un domingo cualquiera para que el repostero la recree como decoración para el pastel.
Pero si prefieren unos muñequitos que duren toda la vida y puedan guardar como recuerdo sin que se eche a perder, las opciones son miles. En Expo Nupcias podrán encontrar un catálogos con muñecos de pastel de todo tipo, de cualquier material y en todas las situaciones que puedan imaginarse.